
Por: Daniel Camilo Camargo Murillo, Gestor de Comunicaciones
*En la foto: Juan Mauricio Pardo, Decano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud; Jaime Pastrana Arango, Decano Facultad de Medicina (julio de 1999 a septiembre de 2002); Rectora Ana Isabel Gómez Córdoba; Gustavo Quintero, Decano Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud (enero de 2015 a febrero de 2024) y Leonardo Palacios Sánchez, Decano Facultad de Medicina (septiembre de 2002 a enero de 2015).
En el año 1801, por iniciativa del virrey Pedro Mendinueta y del sabio José Celestino Mutis, se creó la primera Facultad de Medicina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Sin embargo, este proyecto fue interrumpido en 1865, cuando el presidente Mariano Ospina Rodríguez ordenó su cierre como consecuencia de las secuelas de la guerra civil de 1863.
A pesar de los intentos del presidente Tomás Cipriano de Mosquera por reabrirla, la falta de recursos lo impidió, lo que derivó en la creación de una nueva Escuela de Medicina en la entonces naciente Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia.
Más de un siglo después, el 15 de junio de 1965, se reabre el programa de Medicina de la Universidad del Rosario, una apuesta académica que marcó un hito en la educación médica del país.
Copia del convenio firmado por Monseñor José Vicente Castro Silva el 15 de junio de 1965 y que oficializa la reapertura del Programa de Medicina de la Universidad del Rosario.
El programa ha mantenido una trayectoria que combina tradición e innovación, consolidándose como referente en la formación de profesionales al servicio de la salud y el bienestar de Colombia.
En 1965, solo existían dos facultades de medicina en el país: la de la Universidad Nacional de Colombia y la de la Pontificia Universidad Javeriana. Sin embargo, Colombia enfrentaba, y aún enfrenta, una necesidad urgente de formar médicos altamente calificados. En este contexto, la reapertura del programa de Medicina de la Universidad del Rosario respondió a una demanda estratégica del sistema de salud.
Este logro fue posible gracias a la alianza entre instituciones con una sólida trayectoria en educación médica: la Universidad del Rosario, el Hospital de San José y la Sociedad de Cirugía de Bogotá. Juntas consolidaron un proyecto académico y asistencial que ha contribuido significativamente a la formación de profesionales de excelencia al servicio del país.
El Dr. Alfonso Tribín Piedrahíta, reconocido académico y oftalmólogo, transmitió al entonces rector de la Universidad del Rosario, Monseñor José Vicente Castro Silva, el interés de la Sociedad de Cirugía de Bogotá y del Hospital de San José por crear un programa de Medicina. Esta propuesta despertó del interés del rector.
“A partir de ese encuentro informal se iniciaron múltiples reuniones y gestiones que culminaron con la firma del convenio entre ambas instituciones. Este acuerdo, de gran importancia histórica, dio origen al tercer programa de Medicina en Bogotá en esa década”, señala Leonardo Palacios, profesor y exdecano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad.
Este convenio consolidó una alianza sólida entre la Universidad del Rosario, el Hospital de San José y la Sociedad de Cirugía de Bogotá, que perduró por varios años y fue clave en la formación de generaciones de médicos. Entre 1994 y 1997, la universidad asumió directamente la administración del programa, marcando una nueva etapa en su desarrollo.
Desde su creación, el programa fue revolucionario. Todas las instalaciones académicas de la Facultad de Medicina estaban integradas al Hospital de San José: laboratorios, aulas, anfiteatro y espacios de práctica coexistían en un mismo entorno clínico, transformando el modelo educativo tradicional.
Además, introdujo una innovación curricular significativa al reducir la duración de la carrera de siete a seis años, mediante un enfoque pedagógico eficiente que luego sería replicado por otras universidades del país.
“El currículo diseñado por el doctor Guillermo Fergusson, primer decano de la entonces Facultad de Medicina, fue disruptivo e innovador, ya que transformó profundamente la forma en que se enseñaba la medicina en Colombia. Este nuevo enfoque marcó la transición de un modelo pedagógico de inspiración francesa a uno más cercano al modelo estadounidense, integrando de manera más sólida las ciencias básicas y clínicas, y priorizando la formación práctica en hospitales de alta complejidad.”, afirma Juan Mauricio Pardo, decano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad.
Cerca de 50 años después, el modelo educativo fue transformado mediante una reforma curricular profunda que integró de manera coherente todos los aspectos relacionados con el proceso salud-enfermedad en el ser humano. Así, asignaturas tradicionales como química, biología y física comenzaron a articularse desde los primeros semestres con contenidos clínicos como endocrinología, permitiendo una comprensión más integral desde el inicio de la formación.
“Además, se incorporó una mirada amplia sobre los determinantes sociales de la salud, reconociendo que la enfermedad va más allá de la biología. Esta evolución ha permitido que el currículo se mantenga en constante actualización e innovación, respondiendo a los avances en investigación y a las nuevas demandas del entorno en salud a nivel local y mundial. Podemos decir que en estos 60 años siempre hemos tenido una escuela y un currículo de vanguardia”, afirma el decano Pardo.

Pie de foto: Fotografía del momento de la firma de la reapertura del Programa de Medicina ql 15 de junio de 1965.
El crecimiento y consolidación del programa ha sido posible gracias al liderazgo y compromiso sostenido de quienes lo han guiado durante estas seis décadas. Un hito relevante en su historia también fue la creación, en 2008, de la red hospitalaria Méderi, la más grande del país en el sector privado, conformada por el Hospital Universitario Mayor y el Hospital Universitario de Barrios Unidos.
“Nuestra universidad ha formado y puesto al servicio del país, en los últimos 60 años, a más de 6.100 médicos, la mayoría de ellos con una o más especialidades médico-quirúrgicas. Este aporte refleja el compromiso con la excelencia académica y con las necesidades del sistema de salud colombiano”, comenta el profesor Palacios.
Una propuesta académica que responde a los desafíos actuales
Hoy, el programa de Medicina de la Universidad del Rosario ofrece una formación clínica de alto nivel en hospitales de alta complejidad y centros de investigación. Desde los primeros semestres, los estudiantes aplican sus conocimientos en contextos reales, fortaleciendo sus competencias clínicas y su pensamiento crítico. Además, participan en proyectos de investigación orientados a resolver los principales desafíos de salud a nivel local y global, promoviendo una práctica médica basada en la evidencia y con compromiso social.
Este modelo educativo es posible gracias a un cuerpo docente de excelencia, con amplia trayectoria clínica y académica, que garantiza una formación actualizada y centrada en el acompañamiento personalizado. La integración entre teoría y práctica, junto con un entorno propicio para el aprendizaje y el uso de tecnologías de vanguardia, enriquece la experiencia académica, fortalece las competencias investigativas y prepara integralmente a los futuros profesionales de la salud.
“La posibilidad de comprender la vida humana en toda su complejidad, desde su dimensión social y comunitaria hasta los procesos biológicos y moleculares, permite que el médico Rosarista se forme con una visión integral. Esta perspectiva lo capacita para generar un impacto significativo en los entornos donde ejerza, aplicando sus conocimientos clínicos con un enfoque profundamente humanista y respetuoso de la dignidad del ser humano”, afirma el decano Pardo.
“En estos 60 años la Universidad del Rosario y la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud no solo han graduado grandes profesionales, sino también agentes de cambio, líderes que se caracterizan por el sello Rosarista que se basa en una gran enseñanza técnico-científica, pero sobre todo por una gran valoración y respeto a la persona y sus valores”, finaliza el decano Pardo.
Tras seis décadas de su segunda reapertura, el programa de Medicina de la Universidad del Rosario continúa honrando su historia y proyectándose hacia el futuro con una visión renovada. Su legado, construido sobre la solidez académica, la innovación curricular, el compromiso con el país y un profundo humanismo, ha formado a miles de médicos que hoy transforman realidades en Colombia y el mundo.
Esta conmemoración no solo celebra el pasado, sino que también reafirma el compromiso Rosarista con la excelencia en la educación médica, con la investigación al servicio de la sociedad y con la formación de profesionales íntegros, éticos y preparados para enfrentar los grandes desafíos de la salud mundial.