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Manuel María Madiedo, colegial honorario

El Dr. Madiedo, profesor de Derecho internacional, Ciencia y Derecho constitucional, informa el desempeño de sus clases en septiembre de 1868.

La tradición de conceder la beca honoraria a un personaje distinguido se remonta, hasta donde sabemos, a José Celestino Mutis. Presentamos otro caso del siglo XIX.

Cartagenero y conservador, el Dr. Madiedo (1815-88) defendió sus ideas por la prensa periódica y por la imprenta[1]. Como catedrático del Rosario, participó en el homenaje que el Colegio tributó a Bolívar por su centenario[2]. Se vinculó con el Claustro también como consiliario.

Madiedo se vinculó a la cátedra, según nuestros documentos, en 1866, en el curso de Ciencias intelectuales. Enseñó, además, Filosofía elemental, Derecho constitucional, Español e Internacional, Prolegómenos del Derecho y Derecho romano, Derecho internacional, Organización y pruebas judiciales, Ciencia y Derecho constitucional[3]. Su labor educativa se extendió, según la obra citada, por lo menos hasta 1883, si bien no es clara su desvinculación del Colegio.

Con estos antecedentes, no extraña que deseara obtener una colegiatura honoraria del Rosario. Así lo indicó en solicitud de treinta de octubre de 1867.

Solicitud del Dr. Madiedo. Su hijo, Tomás Cipriano Horacio Madiedo Lezama, había ingresado al Rosario en 1866.
Solicitud del Dr. Madiedo. Su hijo, Tomás Cipriano Horacio Madiedo Lezama, había ingresado al Rosario en 1866.

 

El colegial Miguel María Durán hizo una proposición en los siguientes términos: “Exímase al señor doctor Manuel Maria Madiedo, por el conocimiento que de él tiene toda la comunidad, de las demás formalidades”. El quince de febrero de 1868, la Consiliatura aprobó la solicitud, determinando que “en consecuencia podrá ser recibido de colejial, prescindiendo de las informaciones de estilo”. La investidura de la beca tuvo lugar el doce de abril, siendo padrino el Dr. José E. Ucrós[4].

Méritos del Dr. Madiedo.

Los catedráticos y los escritores, casi por regla general, no solían tener el reconocimiento que les merecía su abnegado servicio. No conocemos un buen artículo biográfico del Dr. Madiedo, pero sí el comentario de una Ley, donde nos pintan su fortuna general. Se le llama “uno de los ciudadanos que han contribuído á dar más brillo á la Patria por su consagración al estudio y sus producciones literarias de diverso género, como por sus virtudes públicas y privadas”.

El Dr. Madiedo, profesor de Derecho internacional, Ciencia y Derecho constitucional, informa el desempeño de sus clases en septiembre de 1868.
El Dr. Madiedo, profesor de Derecho internacional, Ciencia y Derecho constitucional, informa el desempeño de sus clases en septiembre de 1868.

 

A pesar de reconocidos servicios públicos de 1841 hasta 1888, “en un estado próximo á la miseria y agobiado por agudísimos dolores consagró su poderosa inteligencia y su vasta ilustración á hacer una exposición brillantísima de las doctrinas evangélicas y una vigorosa apología de la fe católica. (...) Su viuda y una de sus hijas han quedado en completo desamparo y corresponde á la República socorrerlas, porque no es posible ver en la indigencia á la familia del ciudadano que devolvió, de sobra, en honra y gloria a la Patria, los beneficios que de ésta recibió; beneficios que deben hacerse extensivos á las abnegadas mujeres que consagraron todo su afán y sus desvelos al servicio de los últimos momentos de esa ilustración nacional”[5].

Otro boceto biográfico, no mucho más extenso, presenta al Dr. Madiedo en el aspecto que nos interesa, como educador:

Nació en Cartagena el 14 de Septiembre de 1815. Hizo sus estudios en la Universidad del Magdalena, en los Estados Unidos del Norte, y en el Colegio de San Bartolomé, en donde se recibió de Abogado en 1844. Ha sido uno de los colombianos que más servicios le ha prestado á la Instrucción Pública. Fué Vicerector del Colegio de Mompox en 1842: después ha sido profesor del de San Simón de Ibagué, del Colegio Ospina de esta capital y hoy mismo lo es de los de Bartolomé y el Rosario. En un tiempo dió clases gratuitamente en su casa de habitación.

Ha sido colaborador de casi todos los periódicos políticos y literarios del país y redactor de La Imprenta de Ibagué (1851 á 1853) y La Voz del Tolima; y en esta capital de La Voz de la Patria (1864-1865), El Catolicismo (1868) y La Ilustración (1870-1876). Es autor de las obras siguientes: Lucrecia ó Roma libre (tragedia) Coriolano (id.) Una idea abismo (drama) Tres diablos sueltos (juguete cómico), El arte de probar, El dedo en la llaga, Un bello horizonte, La ciencia social, Tratado de crítica general, Ecos de la noche, Nuestro siglo XIX, Tratado de derecho de Gentes y Una gran revolución ó La razón del hombre juzgada por sí misma. Tiene para publicar dos libros más: El Cáncer de los siglos y Lumbres, Flores y armonías ó La divina profundidad de la filosofía del Evangelio. El doctor Madiedo ha sido miembro de nuestras Cámaras Legislativas[6].

Manuel Madiedo participó en el acto de conclusiones de la Universidad Central, en la clase de Derecho constitucional y legislación administrativa, bajo la dirección de Florentino González, en 1837 [AHUR, caja 29 ff. 414-27]. Si hacemos caso del dato de Áñez, que se recibió de abogado en 1844, podría ser otro, tal vez Manuel J., un hermano.

 


 

[1] Algunas de sus obras pueden consultarse en la Biblioteca Virtual del Bando de la República.

[2] Tributo del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario al Centenario del Libertador Simón Bolívar. Bogotá: Imprenta Medardo Rivas, 1883. Los discursos están comentados en la tesis del historiador David Felipe Nieves González.

[3] Tenemos referencia de que se dictaba Ciencia constitucional en el Rosario en 1852, siendo catedrático el Dr. Patrocinio Cuéllar. AHUR, caja 37 f. 376.

[4] AHUR, caja 109 ff. 498-99.

[5] República de Colombia. Diario Oficial. Año XXIV, ns. 7546-47, domingo 7 de octubre de 1888.

[6] Áñez, J. (1887). Parnaso colombiano: colección de poesías escogidas. Bogotá: Librería Colombiana – Camacho Roldán & Tamayo.