
Por Amelia Meneses, Marian Andrea Ochoa, Angelyn Sofía Ortíz, Miguel Ángel Mario y Daniel Felipe Ramírez
Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud
El mercurio hace parte de un grupo de elementos denominados metales pesados, los cuales se caracterizan por tener una densidad relativamente alta y por resultar tóxicos incluso en concentraciones pequeñas. Este elemento se utiliza en la fabricación de herramientas de medición como termómetros, barómetros y tensiómetros. También se emplea en la fabricación de amalgamas dentales y en procesos de minería, ya que facilita la extracción de oro y minerales.
Sin embargo, así como el mercurio puede ser útil para muchos procesos, afecta al medio ambiente y a la salud humana. Cuando es usado en minería, este elemento produce intoxicación por vía respiratoria cuando es inhalado y también genera cadenas de envenenamiento masivo, ya que contamina las fuentes hídricas, afectando los ecosistemas y haciendo que los peces acumulen el metal, convirtiéndose en agentes perjudiciales para el consumo humano.
Consecuencias Fisiopatológicas
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) describe los tres tipos de exposición al mercurio más frecuentes, según la forma en que este metal se manifiesta en el ambiente: Exposición al metilmercurio (Surge de diversas fases en la industria de procesado del acetaldehído, que es un producto de partida en la síntesis de plásticos, pinturas, etc.), al mercurio elemental (usado para termómetros, barómetros, entre otros.) y a cualquier otro tipo de compuesto con mercurio; siendo el metilmercurio el compuesto más perjudicial para el organismo.
De acuerdo con un estudio realizado en el 2012 por la Sociedad Koreana para la Medicina Preventiva, cuando el metilmercurio se encuentra en niveles desbalanceados en el cuerpo, pueden presentarse pérdida de la visión periférica, debilidad muscular, movimientos descoordinados, dificultad al hablar, oír y caminar, adicionalmente afecta el sistema nervioso y cerebro de los fetos con una mayor prevalencia debido a que son más vulnerables. Por otra parte, la exposición al mercurio elemental ocurre generalmente cuando este se encuentra presente en productos comerciales tales como lámparas o joyería.
El mismo estudio asegura que, usualmente, este elemento es absorbido por medio de la respiración y puede causar cambios neuromusculares (atrofia muscular, debilidad, espasmos), cambios en las respuestas del sistema nervioso y deficiencia de las funciones mentales, relacionadas con habilidades motrices, cognitivas y sensoriales. Finalmente, la exposición a otros tipos de compuestos de mercurio puede afectar drásticamente el tracto gastrointestinal, el sistema nervioso y los riñones. En términos generales, la gravedad de los efectos causados por la exposición al mercurio depende principalmente del tipo de exposición (respiración, ingesta, contacto con la piel), la cantidad presente, la duración de la exposición y la vulnerabilidad de la persona.
Tratamiento
El tratamiento que se utiliza para contrarrestar los efectos causados por la intoxicación con este metal pesado consiste en la administración de agentes quelantes. Un quelante es una molécula orgánica o inorgánica cargada de un grupo sulfhidrilo, que en el organismo interactúa y posteriormente desplaza un determinado metal que tiene carga opuesta, en este caso el mercurio, lo cual facilita su eliminación por vía urinaria.
Para que sea eficiente, debe tener una alta afinidad por el metal, baja toxicidad y ser capaz de competir con quelantes naturales (albúmina, hemoglobina, citocromos), así como tener propiedades de solubilidad y una rápida eliminación. El ácido Calcio Disódicoetilenediamintetra-acético y el Succimer (Ácido Dimercaptosuccínico) son algunos ejemplos de este tipo de moléculas usadas en el tratamiento de esta clase de intoxicación.
Este último es considerado el más apropiado para el tratamiento debido a que presenta una excelente absorción digestiva y menor probabilidad de causar efectos adversos, es usado de manera ambulatoria por 19 días y el seguimiento se realiza midiendo los niveles del metal en la orina. Por su parte, el Ácido Calcio, puede generar efectos adversos graves, como falla renal, arritmias, tetania (espasmos), pancitopenia (disminución de los 3 tipos de células sanguíneas) y trastornos de coagulación, convulsiones y dificultad respiratoria, según lo revelado en el artículo Intoxicación familiar por mercurio elemental: caso clínico, publicado en el 2013 por la Revista Chilena de Pediatría.
En este sentido, el mercurio es responsable de gran cantidad de intoxicaciones a nivel mundial. Se han reportado altas concentraciones de este elemento principalmente en países donde la minería juega un papel importante en la economía. En Colombia, de acuerdo con los datos publicados por la Acta Biológica Colombiana en abril de este año, en las fuentes hídricas aledañas a las zonas caracterizadas por su gran actividad minera se registraron niveles superiores a la norma (0,5 μg/g) en los tejidos de los peces que frecuentemente están presentes en la alimentación de los colombianos.
Por estas razones es importante trabajar desde la prevención, para disminuir el riesgo en cada una de sus formas de exposición. Sin embargo, debido a que este metal es utilizado en diversas actividades económicas formales e informales, que a su vez son fuente de ingresos y de empleo para la industria nacional y multinacional, muchos gobiernos encubren o ignoran la problemática, y aunque existen normas que prohíben el uso de este metal, son literalmente ignoradas, dejando a las comunidades vulnerables prácticamente a su suerte.