
Por: Alejandra Palacios
Gestora de comunicaciones – Dirección de Comunicaciones y Reputación Institucional
¿Cómo sonreír cuando la realidad abruma? ¿Cómo encontrar motivos para celebrar cuando muchas veces nos sentimos emocionalmente agotados? Sin embargo, en contextos adversos, la alegría puede convertirse no solo en un refugio, sino en un acto profundo de resistencia y resiliencia.
Para muchas personas, especialmente aquellas que hacen parte de comunidades históricamente marginadas o vulneradas, la alegría no es evasión ni ingenuidad: es una forma de afirmarse en el mundo, de no dejarse vencer por la desesperanza. Es un recordatorio de que la vida sigue teniendo sentido y que el bienestar emocional no es solo un ideal individual, sino un derecho colectivo.
En nuestra Universidad, reconocemos que las emociones también hacen parte del aprendizaje, del trabajo y de la construcción de comunidad. Por eso, desde el modelo UR Emotion, trabajamos por cultivar un entorno emocionalmente seguro y consciente, donde estudiantes, docentes y colaboradores puedan acceder a herramientas que promuevan su bienestar.
El Centro de Educación Emocional UR Emotion, es un espacio dedicado a fortalecer las habilidades socioemocionales, a través de asesorías, talleres, espacios creativos y actividades que invitan a conectar con uno mismo y con los demás. Porque la alegría, lejos de ser un privilegio, es una capacidad humana que se puede cuidar, estimular y compartir.
Este Día de la Alegría, más allá de las sonrisas visibles, celebremos los actos cotidianos que nos permiten resistir desde el amor, el arte, el autocuidado y la solidaridad. Que la alegría no sea una meta lejana, sino un camino posible, incluso –y sobre todo– en los momentos difíciles.