
La reciente presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) por parte del Ministerio de Hacienda ha encendido las alarmas sobre el rumbo de las finanzas públicas en Colombia. De acuerdo con Henry Amorocho Moreno, profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de nuestra Facultad de Jurisprudencia, las cifras reveladas confirman que el país atraviesa una situación fiscal insostenible, agravada por debilidades estructurales en el sistema tributario y en el manejo del gasto público.
El MFMP, presentado el 13 de junio, establece la hoja de ruta fiscal para el año 2026 y los nueve años siguientes. Sin embargo, al comparar las proyecciones actuales con las estimaciones hechas en diciembre de 2024, se observan modificaciones significativas en el cálculo de los ingresos, lo que para Amorocho evidencia "graves dificultades en la planeación y ejecución tributaria del país". Mientras el proyecto de presupuesto para 2026 estima los recaudos tributarios en 321,6 billones de pesos, el MFMP los ajusta a la baja a 281,4 billones, lo que representa una diferencia de 40 billones de pesos.
Para el académico, esta discrepancia no obedece a factores coyunturales, sino a un problema estructural persistente. “Se trata de una ineficiencia administrativa en la gestión fiscal y tributaria que debe ser atendida con soluciones de fondo”, advierte.
En ese sentido, Amorocho considera inaplazable iniciar la elaboración y presentación de un proyecto de reforma tributaria estructural, en lugar de continuar recurriendo a reformas de corto plazo, como la sugerida por el Ministerio de Hacienda el mismo 13 de junio.
Según el MFMP, el Gobierno contempla dos caminos para sostener el aumento de los ingresos en 2026: una reforma tributaria que permitiría recaudar cerca de 19 billones de pesos o un nuevo endeudamiento por 38 billones. Sin embargo, incluso con esas medidas, el incremento proyectado en el recaudo tributario durante los próximos cinco años es apenas entre el 0,4 % y el 0,9 % del PIB, lo que revela, en palabras de Amorocho, una “baja efectividad en la gestión del sistema tributario”.
El panorama del gasto público es igual de preocupante. En los próximos cinco años, solo se proyecta una reducción del 2,5 % del PIB sin ninguna propuesta de reforma estructural. Además, no se aborda la urgente convergencia entre el nuevo Sistema General de Participaciones, aprobado en 2024, y el proyecto de Ley de Competencias que actualmente se estudia en el Congreso.
A ello se suma la previsión de un endeudamiento de 38 billones en un contexto en que el gasto público en 2025 ya equivale al 24,4 % del PIB. La deuda pública, por su parte, apenas se reduciría del 61 % al 60 % del PIB en cinco años, “una mejora marginal que no resuelve el problema de fondo”, afirma el profesor de nuestra Facultad de Jurisprudencia.
Las calificadoras de riesgo también han expresado su preocupación. Ficht Ratings advirtió oficialmente sobre el deterioro fiscal colombiano, agravado por la decisión del Gobierno de aplicar una cláusula de escape que suspende la regla fiscal durante tres años, elevando el déficit del 5,1 % al 7,1 % del PIB.
El crecimiento económico tampoco acompaña este panorama: el PIB se proyecta con un promedio de apenas 2,8 % para los próximos cinco años, tan solo 0,1 % por encima del crecimiento estimado para este año. Para Amorocho, esta situación demuestra que “la fórmula actual —gasto en aumento, ingresos estancados y más deuda— no es viable y solo traslada el problema a futuras administraciones”.
Frente a este escenario, el experto enfatiza que el país necesita adoptar cambios estructurales profundos. Esto implica una reforma tributaria integral que revise la estructura tarifaria, las bases gravables y las exenciones, de forma rigurosa y técnica.
En cuanto al gasto, Amorocho propone una revisión funcional del Estado para identificar y eliminar duplicidades de funciones y procesos en distintas instituciones del Estado. “Es necesario acabar con la redundancia de competencias y hacer más eficiente el uso de los recursos públicos”, subraya.
Finalmente, el profesor Henry Amorocho Moreno concluye que una combinación de reforma tributaria estructural y reforma del gasto permitirá al país recuperar la sostenibilidad fiscal, fortalecer su economía y proteger la salud de sus finanzas públicas. Solo así, añade, se podrá enfrentar con responsabilidad el difícil contexto fiscal que vive Colombia.